El cambio de personas no garantiza un cambio de política. El cuerpo estatal dominicano se mueve por la voluntad de la cabeza. El presidencialismo es causa primera de la parálisis o del dinamismo público. Aquí lo que se hace o deja de hacer, no lo dude, lo determina el gobernante. El problema nuestro es que se hace política personal desde el Estado y casi nunca política pública. Eso no lo cambia la remoción de uno u otro funcionario, sino el cambio de cultura política. Esa es la razón de que la esperanza deje paso a la decepción, cada agosto dieciséis.
Homero Figueroa.
Homero Figueroa.
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